Patinaje artístico enfrenta retos por derechos musicales para Milano Cortina 2026
La compleja gestión de los derechos de autor se ha convertido en un obstáculo clave para los patinadores artísticos que se preparan para los próximos Juegos Olímpicos de Invierno.
La elección de la música, un elemento fundamental en el patinaje artístico, se ve severamente limitada por un laberinto legal de derechos de autor, complicando la preparación de los atletas para Milano Cortina 2026 y obligando a buscar soluciones innovadoras.
La belleza del patinaje artístico en los Juegos Olímpicos de Invierno se construye sobre una base tan artística como legalmente compleja. A meses de Milano Cortina 2026, la gestión de los derechos musicales se erige como uno de los desafíos más críticos para deportistas y entrenadores, trascendiendo lo puramente artístico para adentrarse en un terreno de negociaciones y permisos internacionales.
El laberinto legal de la música en el hielo
El problema central no es la falta de ideas, sino la disponibilidad legal de las canciones. Las piezas musicales pueden estar sujetas a licencias limitadas por país, tiempo o condiciones restrictivas, lo que dificulta planificar programas que se transmitirán a una audiencia global. "Cada programa es una batalla", afirmó la entrenadora española Sara Hurtado a la agencia EFE, refiriéndose a los trámites necesarios para usar una pieza en competición.
Hurtado entrena a la pareja de patinaje artístico Sofía Val y Asaf Kazimov, ya clasificados para la cita olímpica. Para ellos, la música no solo marca el tempo, sino que es clave para expresar su personalidad y conectar con el jurado y el público.
ClicknClear: una solución en desarrollo
Ante este escenario, la International Skating Union (ISU) promueve el uso de la plataforma ClicknClear, diseñada para ofrecer música libre de derechos o con licencias temporales adaptadas. Gracias a esta herramienta, Val y Kazimov han utilizado temas de artistas como Ricky Martin o Muse.
No obstante, el proceso no es infalible. Hurtado reveló que, en ocasiones, las licencias se obtienen de manera casi fortuita a través de contactos personales, subrayando la necesidad de que los deportistas cuenten con apoyo especializado desde el inicio. "Muchos han aprendido a hacerlo por ellos mismos; otros recurren a productores", explicó.
Hacia una renovación sonora y nuevos modelos
La entrenadora aboga por propuestas musicales frescas que renueven el deporte, incluyendo a artistas contemporáneos como Billie Eilish para atraer a nuevas generaciones, sin descartar los clásicos. Sin embargo, las restricciones legales frenan esta evolución.
La expansión del streaming y las normas digitales han hecho indispensable una edición profesional desde el primer momento, trasladando costes y responsabilidad legal a los atletas. Esta problemática también afecta a la natación artística y la gimnasia rítmica.
Como solución a largo plazo, Sara Hurtado ve en la creación de música original una vía sólida que protegería los derechos de autor y abriría oportunidades para la industria musical vinculada al deporte, una alternativa que gana terreno frente al uso experimental de herramientas de inteligencia artificial o los acuerdos directos con compositores.
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