Alerta por Influenza A (H3N2) en México

Los sistemas de salud a nivel mundial han intensificado la vigilancia epidemiológica ante el aumento de casos de influenza A (H3N2). 

Este subtipo, caracterizado por su alta capacidad de adaptación, ha presentado cambios genéticos recientes que favorecen su transmisión, lo que ha generado atención especial de cara a la temporada invernal en México y en el resto del continente.

Especialistas en salud pública, entre ellos Omar Neyra, señalan que no se trata de un virus nuevo; sin embargo, las mutaciones identificadas han mejorado su eficiencia para propagarse. Este comportamiento ocurre en un contexto de elevada movilidad social, lo que facilita el contagio en espacios cerrados y eventos multitudinarios.

Un virus que se adapta constantemente

La influenza A (H3N2) forma parte de la gripe estacional desde hace décadas. No obstante, su capacidad para experimentar deriva antigénica —pequeñas modificaciones estructurales— le permite evadir parcialmente la respuesta del sistema inmunológico.

Lo distintivo de esta temporada es la velocidad con la que se están registrando los brotes. Datos de países que ya atravesaron el invierno, como Australia y algunas regiones de Europa, indican que el H3N2 suele ser más contagioso que otras cepas, como la H1N1, aunque esto no implica necesariamente una mayor tasa de mortalidad.

Síntomas principales para reconocer la infección

Identificar el cuadro clínico de manera oportuna es clave para prevenir complicaciones. A diferencia del resfriado común, la influenza suele iniciar de forma brusca y con síntomas más intensos:

Fiebre alta, generalmente por encima de los 38 °C.

Dolor muscular y articular acompañado de fatiga marcada.

Congestión nasal y molestia en la garganta.

Tos seca persistente.

Los especialistas recalcan que los antibióticos no son útiles contra este virus. El tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas y, en personas con mayor riesgo, en el uso de antivirales bajo indicación médica.

Poblaciones vulnerables y el papel de la vacunación

Aunque el H3N2 muestra una mayor facilidad de transmisión, no se ha observado un incremento significativo en la mortalidad general. El mayor riesgo recae en adultos mayores de 65 años, niños menores de cinco, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión u obesidad, quienes presentan mayor probabilidad de complicaciones y hospitalización.

La vacunación estacional sigue siendo la principal estrategia de protección en México. Las vacunas actuales han sido actualizadas para cubrir las variantes más recientes del H3N2 y, aunque no evitan por completo la infección, reducen de forma notable el riesgo de neumonía grave y de muerte.

Medidas preventivas durante el invierno

Para disminuir la transmisión del virus, las autoridades sanitarias recomiendan reforzar acciones básicas de prevención:

Lavado frecuente de manos y uso de gel antibacterial.

Ventilación adecuada de espacios cerrados.

Uso de cubrebocas cuando se presentan síntomas respiratorios.

El panorama actual no apunta a una crisis sanitaria, sino a un escenario de prevención y vigilancia activa. La preparación del sistema de salud, junto con la responsabilidad individual en el autocuidado y la vacunación, será clave para atravesar la temporada invernal sin complicaciones mayores.

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