Cáncer de endometrio: el tumor ginecológico más común y cómo detectarlo a tiempo

El cáncer de endometrio se ha convertido en el tumor maligno ginecológico más frecuente, una situación que contrasta con el desconocimiento que todavía rodea a esta enfermedad. Aunque suele asociarse con un pronóstico favorable, su alta incidencia explica que sea también la segunda causa de muerte por cáncer ginecológico, solo superada por el cáncer de ovario.

Así lo señala la doctora Ana Conde, especialista del Servicio de Ginecología Oncológica de MD Anderson Cancer Center Madrid-Hospiten, quien aclara las principales dudas relacionadas con este tipo de cáncer.

A nivel mundial, el cáncer de endometrio ocupa el cuarto lugar entre las neoplasias más comunes en mujeres. “En general, es un tumor con una elevada tasa de curación, pero su gran número de casos hace que tenga un peso importante en la mortalidad ginecológica”, explica la experta.

Qué es el endometrio y en qué se diferencia del cáncer de útero

Para entender el cáncer de endometrio, es necesario partir de un concepto básico: el endometrio es el revestimiento interno del útero, un tejido que cambia a lo largo del ciclo menstrual y que se desprende durante la menstruación. Cuando las células de esta capa se transforman de manera maligna, se desarrolla el cáncer de endometrio.

No debe confundirse con otros tumores uterinos. Como aclara la doctora Conde, el término “cáncer de útero” engloba diferentes enfermedades: además del endometrial, existen los sarcomas uterinos y los tumores del cuello del útero, como el cáncer de cérvix, que tienen orígenes, evolución y tratamientos distintos.

Factores que influyen en su desarrollo

El origen del cáncer de endometrio no se atribuye a una sola causa. Entre los principales factores de riesgo se encuentran los desequilibrios hormonales asociados a largos periodos de anovulación, es decir, etapas prolongadas sin ovulación ni menstruación. También influyen ciertos síndromes genéticos, como el síndrome de Lynch, que aumenta la probabilidad de padecer cáncer de endometrio y otros tumores, especialmente el de colon.

“Son situaciones poco habituales, pero deben considerarse cuando existe una fuerte historia familiar de cáncer de endometrio y colon”, señala la especialista. En cuanto a los factores modificables, la obesidad destaca como el principal riesgo prevenible asociado a esta enfermedad.

Señales de alerta que requieren atención

El síntoma más común del cáncer de endometrio es el sangrado uterino anormal. Este signo es especialmente relevante después de la menopausia, etapa en la que cualquier sangrado debe evaluarse de inmediato. Aunque con frecuencia se debe a pólipos u otras causas benignas, la doctora Conde enfatiza la importancia de descartar una lesión maligna.

En mujeres en edad reproductiva, el cáncer de endometrio puede manifestarse mediante sangrados entre periodos o menstruaciones más abundantes de lo habitual. La detección temprana, subraya la experta, resulta fundamental para mejorar el pronóstico.

Cómo se establece el diagnóstico

Ante una sospecha clínica, la primera prueba suele ser una ecografía ginecológica, generalmente transvaginal. Si se detecta un endometrio engrosado o con características anómalas, el siguiente paso es realizar una biopsia endometrial.

La muestra puede obtenerse en consulta mediante una cánula o a través de una histeroscopia, procedimiento que permite introducir una cámara en el útero y tomar una biopsia dirigida. “Es la única manera de confirmar o descartar con certeza un cáncer de endometrio”, explica la ginecóloga.

Tratamiento según el estadio de la enfermedad

El tratamiento depende del estadio y del subtipo del tumor. En las fases iniciales, la opción principal es la cirugía, que suele realizarse por laparoscopia. Esta intervención incluye la histerectomía (retirada del útero), la doble anexectomía (ovarios y trompas) y la biopsia selectiva del ganglio centinela.

Este procedimiento permite determinar si el cáncer ha alcanzado los ganglios linfáticos sin necesidad de extirparlos todos. “Si los ganglios son negativos, el tumor está limitado al útero; si son positivos, indica que se ha diseminado”, detalla la doctora Conde.

En etapas más avanzadas, la cirugía puede ampliarse para retirar implantes pélvicos o abdominales, así como ganglios pélvicos y paraaórticos. Dependiendo del tipo de tumor, el tratamiento puede complementarse con radioterapia, braquiterapia vaginal o, en casos específicos, quimioterapia.

Pronóstico y expectativas de supervivencia

A pesar del impacto emocional del diagnóstico, el cáncer de endometrio transmite un mensaje alentador. Cuando se detecta en fases tempranas, la supervivencia a largo plazo es muy alta.

“Por eso insistimos en que cualquier sangrado anormal debe ser motivo de consulta inmediata con el ginecólogo”, concluye la especialista.

El diagnóstico oportuno no solo permite tratamientos menos agresivos, sino que mejora de manera decisiva el pronóstico del cáncer de endometrio, uno de los tumores ginecológicos más frecuentes y, al mismo tiempo, con mayores probabilidades de curación si se identifica a tiempo.

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