Esta dieta más fácil de seguir podría ayudar a los pacientes con intestino irritable, según un estudio

Un nuevo estudio piloto de pequeña escala sugiere que la dieta mediterránea podría ser una opción viable para personas con síndrome del intestino irritable (SII) que tienen dificultades para seguir dietas estrictas y basadas en recetas.
Según los investigadores, casi el 73 % de los pacientes con SII que adoptaron la dieta mediterránea reportaron una disminución del dolor abdominal después de un mes. Por otro lado, un poco más (82 %) de quienes siguieron la dieta baja en FODMAP —una dieta más restrictiva comúnmente recomendada para el SII— experimentaron un alivio similar o mayor de sus síntomas.
El Dr. Prashant Singh, gastroenterólogo de la Universidad de Michigan y autor principal del estudio, señaló que las dietas restrictivas como la baja en FODMAP pueden ser difíciles de mantener para los pacientes. Además, destacó que estas dietas pueden ser costosas, consumir mucho tiempo y generar preocupaciones sobre posibles deficiencias nutricionales y desórdenes alimenticios.
Por ello, la dieta mediterránea llamó la atención de los investigadores como una alternativa menos restrictiva que podría evitar muchas de las limitaciones asociadas con la dieta baja en FODMAP.
El SII afecta hasta al 11 % de la población mundial, y la mayoría de los pacientes prefieren manejar sus síntomas mediante cambios en la alimentación antes que con medicamentos.
La dieta mediterránea se basa en el consumo abundante de frutas, verduras frescas, cereales integrales, semillas, frutos secos, legumbres y aceite de oliva, con ingesta moderada de pescado, aves y lácteos, y un consumo limitado de carne roja y procesada.
Por su parte, la dieta baja en FODMAP restringe varios tipos de verduras, frutas, lácteos, legumbres, panes y cereales, buscando aliviar la carga digestiva, pero resulta compleja de seguir.
En el estudio, 20 pacientes con SII fueron asignados aleatoriamente a uno de los dos grupos: 10 siguieron la dieta mediterránea y 10 la dieta baja en FODMAP, con comidas proporcionadas a ambos grupos. El objetivo era lograr una reducción mínima del 30 % en la intensidad del dolor abdominal.
Aunque ambos grupos mostraron alivio, el grupo con dieta baja en FODMAP obtuvo una mejora más significativa en el dolor abdominal y en una puntuación global de síntomas del SII.
Los investigadores concluyeron que se justifica realizar más estudios para evaluar el potencial de la dieta mediterránea como tratamiento para el SII.
El Dr. William Chey, jefe de gastroenterología de la Universidad de Michigan y coautor del estudio, comentó que estos resultados suman evidencia que respalda considerar la dieta mediterránea como una opción alimentaria basada en evidencia para pacientes con SII.
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